sábado, 2 de octubre de 2010

LEYENDA DEL PUEBLO FANTASMA

Llego un avión con nuevas personas al pueblo de Caño Profundo, un pueblo que recién estaban empezando a poblarse, habían algunos fundos en los alrededores bastantes retirados del caserío principal,  que contaba con dieciséis casas, una bodega, un pozo de agua común y una plaza. Este asentamiento se encontraba situado en las riberas del río Petsoviejava.
Los moradores pasaban sus días entre conversaciones y trabajos que beneficiaban a todos, algunos permanecían despiertos durante la noche para evitar que los vándalos se acercaran a sus tan cuidados hogares, los medios de transporte con que contaban eran pocos.
Uno de esos días en que los temas de conversación ya estaban bastantes trillados uno de los líderes se quedo mirando hacia el monte y dijo sin apartar la vista del horizonte, -  Salgamos a caminar, para  explorar un poco más allá de donde siempre llegamos.  Los conservadores  que siempre están en otro grupo le preguntaron si estaba loco,  pero los aventureros para los que cada bombeo de sangre del corazón es un nuevo impulso para conocer mas allá de sus propias limitaciones mentales,  aceptaron la invitación de inmediato.
Tomaron sus escopetas, rifles, municiones y machetes e iniciaron la marcha muy emocionados. Transcurría la mitad de la mañana,  el camino había sido ameno entre cuentos, cuentitos y chistes… las casas se pierden de vista. Ya cuando comenzó la tarde, nuestros aventureros  se dieron cuenta que habían muchos caminos que ninguno de ellos habían visto y decidieron seguir  uno.  No habían caminado entre la melaza   diez minutos cuando una extraña sensación los abordo, era algo como si ahora estuvieran en el medio de muchas personas pero no los veían, uno de los muchachos dio un paso hacia atrás y chocó con un objeto, al bajar la mirada exclamó: “Santo Cristo”, habían  tropezado con una cruz, de inmediato todos sintieron un escalofrió que les recorrió por completo y se les secó la boca, los ojos se les abrieron más de lo normal y los nervios los atacaron.
El líder de la expedición, un muchacho alto de piel morena y contextura gruesa, del cual casi nadie conocía mucho y a quines  todos le llamaban El Brujo observó a su alrededor detalladamente  y notó que habían otras cruces. Estaban dentro de un cementerio. Calmados comenzaron a revisar el área, vieron los nombres de los difuntos y las fechas de las  muertes, lo que les dio la idea de que hace 20 años atrás por esos montes había un pueblo.   Una vez que observaron todo, El Brujo los reunió y acordaron no decirle a nadie en el pueblo su tenebroso hallazgo.
Regresaron ya entrada la noche, los demás habitantes del pueblo no prestaron mayor atención al grupo.  La gente entró a sus casas, parecía que hasta las mismas casas dormían, pero dentro de algunas de ellas, los integrantes del grupo expedicionario no podían dormir, su espíritu inquieto quería saber que más había en ese sitio y sus alrededores, fue tanta la incertidumbre que todos se rieron cuando a las 5:00  de la mañana coincidieron asomados en sus ventanas, con este hecho se había decidido todo, debían volver. Se alistaron y en pocos minutos ya se habían hecho al camino, este día tomaron uno distinto, por el cual fueron consiguiendo una alambrada y más adelante unas ruinas, al parecer era una casa grande con muchas divisiones, entre los escombros habían latas de refresco de hace15 años, caminando alrededor consiguieron un pozo de agua dulce, continuaron el camino y encontraron otras estructuras, al cabo de una hora llegaron a un sitio donde no se veían más caminos.    Esta vez retornaron con el sol cayendo y un hermoso atardecer, fueron a sus hogares, se asearon, comieron y se reunieron en uno de los patios a tomar café, de ésta reunión salió el plan para la próxima aventura: Hora de salida 5:00 am.; material necesario: agua, escopeta, municiones, machetes y ganas de aventurarse.
Estuvieron yendo y viniendo por varios días,  cada día  encontraban nuevos caminos y cosas interesantes.
Una noche al regresar,  uno de los ancianos del pueblo llamó a El Brujo y le dijo con una mirada profunda – Caramba Chico, qué tanto andan ustedes por esos montes? Y el chico le contesto – Nada viejo Milano, monte y más monte. El viejo se dio la vuelta y se fue.

Cuando estaban reunidos tomando café llegó el viajo Milano, - Permiso, será que esta juventud le regala a este Don un tabaquito, un café y donde sentarse?  Los jóvenes de buenas costumbres atendieron al señor como éste lo requería, atendido con todas sus exigencias les dijo – Yo sabia que esto iba  a pasar, pero quería que conocieran bien para luego explicarles. 
Los muchachos se vieron las caras y luego clavaron sus miradas en el viejo, como queriendo  arrancar las palabras de su boca.  El viejo suspiro y comenzó a hablar en tono pausado: -  Ya han pasado 15 años de aquel trágico suceso, desde la curva del río  que vemos acá arriba hasta dos curvas más abajo, estaba el Pueblo del encanto, un pueblo pujante, de los más adinerados por estas riberas de Dios. Vivian varias familias que tenían sus hatos y haciendas, se respiraba tranquilidad, la hacienda que estaba en los terrenos que hoy ocupamos era la del señor Galindo, quien vivía con sus hijos y hacia su vida igual que los demás. Este señor no tenía su esposa por aquí y por lo tanto contrató a la señora Concepción para que se encargue   de los quehaceres domésticos.
Así pasaron los días, pero Galindo se volvió un terrateniente que quería que el pueblo cumpliera lo que él decía, fue cuando la gente comenzó a molestarse y le dijeron a unos vándalos de la zona que querían terminar con esos abusos, ellos aceptaron  tomar riendas en el asunto. Buscaron a la señora de servicio  y le pidieron todos los detalles de la hacienda.  Ya el plan funesto estaba listo, al caer la noche entrarían a la propiedad y nadie debía quedar vivo. Así sucedió, llegó la noche, los peones que cuidaban se confiaron porque nunca pasaba nada pero esa noche si paso. Llagaron muchos,  armados y sigilosamente entraron a las tierras.
Comenzó una noche sangrienta los disparos eran como canto de grillos en época de lluvia, no cesaban, que horrible sensación,  infame fue su castigo, la sed de sangre fue saciada con cuanto cristiano se atravesó a la muerte  disfrazada de paisanos, no fue sólo la bala disparada con odio, también estuvo la tortura, los más bajos instintos de la humanidad se dieron cita esa noche para dejar un mensaje claro,  odiamos sus creencias, los odiamos a  ustedes y odiamos lo que representan. Cada vez que una bala impactaba, un cuchillo o machete cortaba, la sangre saltaba del cuerpo al aire haciendo una especie de lluvia que al caer corría por el piso como pequeños hilos de agua en forma de río, en este caso un río de dolor, de sangre y de indignación, sólo se salvo el viejo y sus dos hijos porque se escondieron en la ribera del río.
En la mañana salieron sus ojos que no querían ver, su cerebro no quería pensar. Vieron ese espectáculo macabro de cadáveres, miembros desprendidos   y por doquier la sangre derramada. Se dio parte a las autoridades competentes, esto se lleno de policías… todos querían saber la verdad.  Cuando vieron los cuerpos se sintieron indignados. ¿Qué persona puede ser capaz de tal obra?
Fueron contra el pueblo,  en pocos días las torturas eran comunes, se destruyeron las casas, lo que se podía recoger se llevaban, no quedo nadie en este lugar, todos se fueron presas del miedo. Los gendarmes se ocuparon de dejar el pueblo en ruinas y a si quedó el pueblo fantasma de Caño Profundo.
El Brujo y sus amigos tardaron un tiempo en recuperar el aliento, suspiraron y cayeron en conciencia de lo que habían descubierto.  Todos se pusieron de acuerdo en no hacer más comentarios  al respecto para mantener el honor de los caídos.

1 comentario:

  1. EL BRUJO ES MUY VALIENTE!! EXCELENTE CUENTO!! DA VIDA A UN POCO DE HISTORIA, QUE HA LLEGADO A LA IMAGINACION PARA SER ESCRITA Y CONTADA..!!

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