jueves, 15 de noviembre de 2012

ORGANIZACIÓN PROPIA Y LIDERAZGO INDÍGENA.

Por: Anais Piña


Los pueblos y comunidades indígenas históricamente  han sido excluidos de las políticas socio-económicas del Estado pese que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, reconoce en el artículo 119 la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, su cultura, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como el derecho originario sobre la tierra que ancestralmente ocupan, siendo destituidos  de la participación  y titularidad de los derechos sociales. 

La Ley Orgánica de pueblos y comunidades indígenas (LOPCI),  define  la organización propia como la forma de organización y estructura político-social que cada pueblo o comunidad indígena se da a sí misma, de acuerdo con sus necesidades, expectativas,  tradiciones y costumbres, por lo tanto,  los pueblos y comunidades indígenas tienen derecho a su organización política, social, económica y cultural de forma independiente, con voz propia y líderes tradicionales, legítimos, con capacidad de diálogo, formados dentro de la misma comunidad.
Los líderes tradicionales, por lo general, se escogen cuando son niños, los cuales se van formando con lineamientos cognoscitivos para que en un futuro sean líderes de la comunidad defendiéndola y guiándola. 
El liderazgo tradicional en las comunidades indígenas está representado comúnmente por los ancianos o el consejo de ancianos, el chaman y el capitán, es decir, autoridades legitimas;  de acuerdo a la LOPCI,  se consideran como autoridades tradicionales  y legitimas a las personas o instancias colectivas que uno o varios pueblos o comunidades indígenas designen o establezcan de acuerdo con su organización social y política, y  para las funciones que dichos pueblos o comunidades definan de acuerdo con sus costumbres y tradiciones.    El liderazgo indígena es colectivo.
Sin embargo,  existe otro tipo de liderazgo en las comunidades, expresado por personas que sirven como interlocutor entre la comunidad y  el mundo criollo o no indígena, es el que conoce el manejo del Estado y de las instituciones, generalmente este tipo de líder pueden ser   maestro,  enfermero, entre otros. 
Ahora bien, las organizaciones y líderes indígenas juegan un papel determinante en la lucha por la conservación de las formas de vida propia, sin embargo, en la actualidad carecen de representatividad, existen serios fraccionamientos internos, elementos quizás normales en estos grupos pero que sin duda afectan la lucha por los reconocimientos de los pueblos indígenas, muchos de los líderes indígenas se han convertido en voceros de los gobiernos y de  otros tipos de organizaciones, han perdido identidad como pueblo, las autoridades legitimas han sido sustituidas por consejos comunales, y otras formas de organización que no son parte de sus tradiciones y costumbres, lo que ha causado pérdida progresiva de autonomía, falta de organización y líderes indígenas.  Para tener más datos al respecto,  la oficina de Derechos Humanos del Vicariato de Puerto Ayacucho, consideró necesario realizar una investigación detallada, para la cual se  escogieron  veinte (20) comunidades indígenas, de los pueblos Jivi y Piaroa del Municipio Atures, de los ejes carretero norte y sur, donde según previa consulta a las comunidades de realizó una encuesta. Parte de las conclusiones de este trabajo son las siguientes:
·         El 76% de los indígenas encuestados conocen la importancia de las organizaciones propias, sin embargo, la mayoría de las comunidades están estructuradas de formas ajenas al modo de organización propia o tradicional de los pueblos indígenas.
·         El 65% conoce lo que es una autoridad legítima (en su mayoría personas adultas los más jóvenes no saben lo que es una autoridad tradicional), pero las autoridades presentes en las comunidades están representadas por figuras impropias de las tradiciones de los pueblos indígenas, como por ejemplo el vocero del consejo comunal y promotor de la gobernación, los jefes tradicionales han sido desplazados.

 93% de los encuestados afirmó que en su comunidad existe una organización,  en su mayoría, es decir, 21% son unagente y el 62% son consejos comunales, (lo que representa el 83%) las cuales las describieron como organizaciones tradicionales.

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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Sobre la presunta masacre de Yanomami en el Alto Ocamo


Escrito por:
Mons. José A. Divassón.
Para la Revista Iglesia en Amazonas

Juzgo oportuno recoger datos que se han presentando los últimos días de agosto y parte del mes de septiembre y ofrecerlos a los lectores de la revista para dejar constancia de este hecho tan importante para nuestro estado y para las comunidades indígenas. Han sido muchas las informaciones que han ido llegando, a menudo contradictorias o muy parciales. Por eso es bueno seguir recogiendo datos. Es un tema que no ha terminado y que es necesario seguir investigando.

    Las primeras informaciones al público

La denuncia hecha por la organización yanomami Horonami el lunes 27 de agosto acerca de una masacre de yanomami en el shabono IROTATHERI (de unos 80 habitantes) en la que hubo un indeterminado número de personas asesinadas, fue presentada a la Fiscalía Superior de Puerto Ayacucho, a la Defensoría del Pueblo y a la FANB.

La noticia llenó de estupor a la ciudadanía de Puerto Ayacucho y tuvo una amplísima resonancia a nivel nacional e internacional. Fueron muchas las agencias de noticias y las ONG de diversos países de América Latina, Estados Unidos y Europa que se pusieron en contacto con personas y organizaciones que trabajan en la defensa de Derechos Humanos de Puerto Ayacucho, con los Medios de Comunicación que dieron su apoyo a los indígenas, y sobre todo con los dirigentes de la organización Horonami.

Lo que se solicita en la denuncia es “una investigación judicial sobre los hechos denunciados incluyendo la necesidad de llegar con prontitud a la comunidad de Irotatheri”. Insisten los yanomami en que sea una investigación exhaustiva y seria porque en otras oportunidades la respuesta no ha sido satisfactoria. Las organizaciones indígenas de Amazonas, de Venezuela y de América Latina respaldaron inmediatamente la denuncia y exigieron la investigación.

    Desde la presunta  masacre hasta la denuncia ante el  Ministerio Público.

Se señala como fecha de la presunta masacre la primera semana de julio. Tres miembros de la comunidad de Irotatheri, que estaban de cacería, oyeron el ruido de un helicóptero y, pensando que les traerían comida, volvieron a su shabono. Cuando estaban acercándose se asustaron al ver que comenzaban a disparar y a echar explosivos sobre la población, y se internaron de nuevo en la selva.

Algunos yanomami de la comunidad de Hokomawe que habían ido a visitar a los de Irotatheri se encontraron con la tragedia de yanomami muertos y del shabono quemado. Al irse de ese lugar encontraron a los tres supervivientes. La noticia comenzó a extenderse y a generar temor porque se añadía a otras actuaciones violentas de los garimpeiros. Desde Momoi y otras comunidades llevaron la información a Horonami, organización yanomami, para solicitar ayuda porque estaban muy asustados. 

Horonami informó al G/B Jesús Zambrano Mata, Comandante de la 52 Brigada, sobre este acontecimiento. En meses anteriores la FANB se había hecho presente en la zona ante otras denuncias aunque no de tal magnitud. Él señaló que sobrevolaron la zona, pero que no se encontró nada especial. (Dada la densidad de la vegetación y de la orografía montañosa de la zona, no es el sobrevuelo lo que va a permitir hacerse una idea de cuanto acontece debajo de los árboles).

Impactados por el acontecimiento los yanomami promovieron una reunión en Parima B que se realizó entre el 16 y 19 de agosto, a la que asistió una comisión de Horonami. En ella participaron más de 300 yanomami, catorce de los cuales eran de la comunidad de Momoi,  shabono en que se concentraron las noticias de la supuesta masacre. Compartieron las noticias que tenían y se fueron a sus comunidades. Algunos de ellos tuvieron después una reunión con  representantes del Ejército (52 Brigada), Tcnel. Romero Bolívar, del Centro Amazónico de Investigación de Enfermedades Tropicales (Caicet), Dr. Botto, y una corresponsal de la Agencia Venezolana de Noticias, Patricia, en la que relataron lo que se había comunicado. ,Los yanomami habían tomado la decisión de dar a conocer estos problemas a las autoridades y de presentar la denuncia a partir de los datos que tenían. Escribieron el documento en Puerto Ayacucho y lo llevaron a la Fiscalía, a la Defensoría del Pueblo y a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

3. La investigación inicial (1 y 2 de septiembre.)

Además del sobrevuelo inicial a finales de julio como indicó el General Zambrano, el 23 de agosto salió una comisión de la Guardia Nacional (GN) para investigar en poblaciones del Alto Orinoco que están al sur de La Esmeralda (Padamo, Ocamo, Mavaca, Platanal) que no logró dato alguno sobre la supuesta masacre.

La denuncia interpuesta por Horonami, en la que se solicitaba una investigación exhaustiva, tuvo una respuesta oficial inmediata por parte del Ministerio Público que nombró una comisión para el esclarecimiento de los hechos. Por parte de ciudadanos de Puerto Ayacucho se le solicitó al general de la GN que hubiera una representación indígena dentro de la comisión, o que colaborara con ella, en la que sería bueno participara alguno de los denunciantes. Los hechos indican que ya estaba previsto o que se accedió a ello.

Formaron parte de la comisión investigadora las siguientes personas: el ciudadano JOSE DUQUE (jefe de investigación criminalística del Ministerio Público), SAIR MUNDARAY (subdirector de investigación del Ministerio Público), JOSE LEUMBERRE (jefe de investigación criminalística del CICPC), JOSE ARIANA MIRABAL (médico forense del CICPC), JOSE OLLARVE (funcionario del CICPC), FRANCISCO ZAMBRANO (técnico de autopsia del CICPC), AMAURY NUÑEZ (médico patólogo del CICPC). Estaban también con ellos dos representantes de Horonami: LUIS SHATIWË y ELISEO SILVA. En algunas oportunidades estuvieron presentes la Ministra del PP para los Pueblos Indígenas, Lic. Nicia Maldonado, el General Clíver Alcalá, Comandante de la Región Guayana, G/B Jesús Zambrano, Comandante de la 52 Brigada de Infantería de Selva y Guarnición Militar, el G/B José Eliecer Pinto, Comandante del CORE 9, el Tcnel. Romero Bolívar y otros militares.

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El viernes 31 salieron para La Esmeralda un avión (SKYTRUK) y dos helicópteros. Uno de ellos  debió volver a Puerto Ayacucho por mal tiempo. Salió de nuevo el sábado por la mañana. En él viajaron el General Clíver Alcalá y la Ministra de Pueblos Indígenas que habían llegado desde Caracas el día anterior.

El sábado 1 de septiembre partió en helicóptero desde La Esmeralda una parte de los que se habían reunido, y fueron a MOMOI, shabono más cercano al lugar de los hechos denunciados, donde hay un helipunto. Este shabono queda a considerable distancia de la comunidad de Irotatheri;  en él se hizo una investigación entre el 2009 y 2010 por la muerte de 4 personas, supuestamente por haber comido pescado o bebido agua contaminada con mercurio. En ese vuelo viajaron la Ministra de Pueblos Indígenas, el General Clíver Alcalá, parte de los integrantes de la comisión (por supuesta falta de lugar) y algunos yanomami. También fueron algunos comunicadores de Venezolana de Televisión y de Telesur con sus equipos. No se le permitió ir en ese viaje a Luis Shatiwë, Secretario Ejecutivo de la asociación Horonami.

La comisión permaneció unas horas en Momoi, mientras el general y la ministra sobrevolaron la zona y fueron a la comunidad de Ushishiwe, desde donde volvieron (a Momoi) trayendo cuatro indígenas del lugar. En Momoi conversaron con algunos yanomami del shabono mientras se filmaba un reportaje, ampliamente publicitado en los medios de comunicación internacionales. En él se evidenciaba serenidad en el ambiente sin señal alguna de violencia. (Una sola observación: eso sucedía en un shabono que estaba al menos a 4 días de distancia (a pie) del lugar de los supuestos hechos). Volvieron después todos a La Esmeralda. El General Clíver Alcalá y la Ministra Nicia Maldonado siguieron a Caracas y declararon que no había noticia de masacre alguna, que todo estaba en paz. (Ver más adelante algunas informaciones publicadas en diferentes medios). Los de la comisión oficial no se contentaron con estos resultados y decidieron continuar la investigación.

El mismo sábado en la tarde hubo otro viaje de helicóptero, en el que viajaron efectivos de la FANB y también Luis Shatiwë, que se dirigió a Hokomawe, shabono más hacia el norte, desde donde se iniciaría la marcha por tierra en la búsqueda del lugar de los hechos. El domingo 2 de septiembre los miembros de la comisión se unieron a los que ya estaban en Hohomawe.

Un miembro de la comisión comenta sobre ese día: La comisión salió el sábado 1 de septiembre a Momoi. No pudimos ir todos los integrantes; algunos quedaron en La Esmeralda. No tuvimos contacto con los dos yanomami de esa zona (Hikarinawë y Yarushinawë) que  habían venido a Puerto Ayacucho como testigos referenciales para narrar lo que habían oído de los supervivientes. Llegados a Momoi la Ministra y el General Clíver Alcalá fueron en helicóptero a Ushishi y después de unas horas volvieron a Momoi y trajeron a cuatro yanomami. Todos retornamos a La Esmeralda. El General y la Ministra salieron (al parecer) a Caracas y dieron declaraciones como si se hubiera aclarado todo.

4. Investigación de la Comisión. La difícil reconstrucción de los hechos.

La comisión decidió seguir a pie por la selva su labor de investigación. Hay que hacerse cargo de las dificultades inherentes a este esfuerzo, más todavía cuando una buena parte de la comisión está compuesta por técnicos no entrenados para esa especie de aventura. Pero se lanzaron a ella.

En la búsqueda, fragmentada, de encontrar lo que realmente sucedió, tenemos a mano algunos testimonios, orales o escritos, que nos dan pie para ir elaborando alguna hipótesis. Transcribo un comunicado hecho por la organización Horonami y lo completo con testimonios de miembros de la comisión y con algunas informaciones que se desprenden del apoyo que presta la FANB  en los desplazamientos en helicóptero. 

Sábado 1 de septiembre de 2.012. “Una parte de la comisión salimos desde La Esmeralda en helicóptero directamente a Hokomawë (el sábado 1 de septiembre) Ibamos Luis Shatiwë y militares, sin presencia de otras instituciones.

Llegamos a Hokomawë aproximadamente a las 3:30 pm. Encontramos la comunidad vacía, pero nos quedamos ahí para pasar la noche. Hacia el final de la tarde llegaron los yanomami muy asustados. Después que se calmaron pudimos hablar con ellos. Tenían miedo. Les preguntamos si tenían conocimiento de los muertos de la comunidad de Irotatheri y nos dijeron que ellos no conocían Irotatheri, no sabían dónde queda Irotatheri. Les preguntamos si conocían de la minería, y nos manifestaron que no, pero en la propia comunidad había evidencias de contacto con garimpeiros: bateas, ropa brasilera, plásticos, mallas y otras cosas. En esa comunidad hablan Sánema.

Domingo 2 de septiembre. En la mañana llegó el resto de la comisión, donde venía Eliseo Silva, Fiscalía, CICPC y más soldados. Luis Shatiwë fue el primero que salió hacia Tokoripuweitheri con un yanomami de Ushishiwë. En el camino hacia Tokoripuweitheri vimos un campamento minero abandonado. Había tres casas abandonadas con techos plásticos, ollas y otras cosas.

En Tokoripuweitheri nos dijeron que no conocían de los mineros, no tenían conocimiento de los muertos, no sabían dónde queda Irotatheri. En esa comunidad habla Yanomami y Sánema. Había cuatro yanomami de Ushishi y otro de Oroshi que estaban de visita. Ellos hablan yanomami y sánema y sirvieron de traductores.

En Tokoripuweitheri vimos bombonas tiradas dentro de la comunidad, machetes nuevos, ropa de Brasil y otras cosas. A 5 minutos de la comunidad encontramos un hueco y 3 bombonas en la orilla de un cañito.

Cada vez que un yanomami quería hablar sobre los mineros los demás le decían que no hablara, que se callara, que no contara nada. Luis Shatiwë y Eliseo Silva hicimos varios intentos para hablar sobre los mineros con los Tokoripuweitheri y no quisieron decir nada en presencia de la comisión. En la noche, cuando el resto de la comisión dormía, alguien nos contó sobre los mineros. Una de sus mujeres vivió con un garimpeiro, un hermano de ella trabajaba con los garimpeiros, pero se enfermó y se fue a Onkiola, en Brasil. También nos contó que a 6 horas hay un campamento grande, donde tienen 3 perros y hay muchos mineros. Otro dijo que sí hay mineros y los obligan a dar las mujeres. Los demás le decían que no hablara, que se quedara callado.

Lunes 3 de septiembre de 2012. Salimos de Tokoripuweitheri con varios yanomami que nos guiaron hacia la comunidad Oroshi. El camino pasa cerca del río Wapufita. Por el camino los guías indicaron otro camino que llevaba a un campamento minero. El Comandante Romero Bolívar fue con varios soldados a revisar. Cuando regresaron contaron lo que vieron, un campamento minero grande, pero no vieron a ningún garimpeiro, habían huido.

Seguimos el camino y unas horas después vimos a dos garimpeiros huyendo en la selva. Los militares y los demás miembros de la comisión también los vieron. Desaparecieron en la selva. Tuvimos miedo de seguir caminando porque había mineros. Los caminos eran muy amplios, era evidente que por ahí pasaba mucha gente.

Un poco más adelante encontramos otro campamento minero. Los militares fueron a inspeccionarlo acompañados por Eliseo Silva y un yanomami de Oroshi. No participó la fiscalía por el peligro de que ocurriera un intercambio de disparos. No vimos garimpeiros, pero encontramos bombonas vacías, basura, fogones, mesas, leña, tablas aserradas recientemente, cajas de madera, y un árbol quemado, que sirvió a los garimpeiros para señalar su ubicación para que les lanzaran provisiones desde el aire.

Esa noche dormimos en la selva.

Martes 4 de septiembre de 2012. Seguimos el camino hacia la comunidad Oroshi.

A las 2 de la tarde llegamos a Oroshi. Esa comunidad está dividida en dos y están bastante cerca una de la otra, como a 15 minutos caminando. Allí hablan Sánema. Los yanomami nos manifestaron que no conocían los mineros. Nos dijeron que no conocían la comunidad Irotatheri. En Oroshi había una batea, ropa brasilera, potes de refresco de Brasil. Una hora después de llegar a Oroshi vimos pasar una avioneta volando. Pasamos la noche en Oroshi y pudimos hablar con ellos. Volvimos a preguntar sobre Irotatheri y nos dijeron que sí la conocen, pero que queda muy lejos. También nos hablaron sobre los mineros, pero dijeron que están lejos de ahí.”

Miércoles 5 de septiembre de 2012. Es un día muy peculiar. Es el día en que se hace contacto supuestamente con la comunidad Irotatheri, pero difieren bastante las narraciones:

Narración Horonami.

“El helicóptero nos buscó en Oroshi y fuimos a Warapahi Tiwaroopetheri. Cuando llegamos había un velorio y no nos dejaron entrar a la comunidad, fueron muy agresivos y nos dijeron que nos fuéramos. Luego de un rato se calmaron y pudimos hablar con ellos. En esa comunidad hablan Sánema y saben hablar Ye´kuana.

No tenían conocimiento sobre los muertos de Irotatheri, pero un muchacho nos dijo ‘ayer llegué de Irotatheri y ellos están bien’. Él sabía dónde queda Irotatheri. Le pedimos que nos guiara en el helicóptero hasta Irotatheri.

Salimos en el helicóptero con el muchacho como guía. Volamos por un buen rato. Vimos varias comunidades, pero el muchacho se confundió y nos perdimos. Durante el vuelo el muchacho reconoció la comunidad Simaraoshi, en las cabeceras del Metacuni. Simaraoshi es una comunidad grande en medio de una sabana amplia rodeada por cerros. Desde el aire vimos una pista de aterrizaje en territorio venezolano. No pudimos tomar fotos porque la memoria de la cámara estaba llena.

De la zona de Simaraoshi seguimos sobrevolando hacia la frontera, pero ya el helicóptero tenía poco combustible. Decidimos regresar a La Esmeralda y entonces vimos una comunidad donde aterrizamos. Luis Shatiwë fue adelante con Romero Bolívar y el yanomami de Warapahi Tiwaroopetheri para hablar con la gente de la comunidad. Sólo había 5 personas en la comunidad. Preguntamos quiénes eran ellos, cómo se llama la comunidad, y nos dijeron “nosotros somos Irotatheri”. El capitán nos dijo “yo soy Irotatheri”. El yanomami de Warapahi Tiwaroopetheri que nos estaba sirviendo de guía decía que Irotatheri quedaba mas hacia el norte, que este sitio estaba muy al sur. Nos dijo que no conocía esa comunidad: ‘Yo te dije que ayer llegué de Irotatheri, yo no conozco esta comunidad’. No conocía la comunidad ni la gente. Por esto, los miembros de la comisión quedamos con dudas respecto a si habíamos llegado al sitio que buscábamos.

También preguntamos si no se habían dividido y nos dijeron que no. Nos dijeron que no conocían minería ni tenían contacto con mineros. Esa visita fue muy corta, estuvimos unos 20 minutos solamente. No tuvimos tiempo de recorrer la comunidad casa por casa para verificar si tenían cosas provenientes de los garimpeiros.

Regresamos a La Esmeralda para cargar combustible y volvimos hacia Irotatheri con la ministra Nicia Maldonado y el viceministro Edgar Cayupare. Después de una hora Luis Shatiwë, el Cdte. Romero Bolívar y el yanomami de Warapahi Tiwaroopetheri, salimos en el helicóptero. Volvimos a sobrevolar la zona buscando otras comunidades, pero no conseguimos la comunidad que el guía de Warapahi Tiwaroopetheri decía que era Irotatheri. Finalmente se tomó la decisión de regresar a La Esmeralda.”

De informaciones provenientes  de la FANB:

En los reportes de vuelos en los que se indican el tipo de aeronaves y las tripulaciones respectivas se ofrecen algunos datos que pueden servir para la reconstrucción de los hechos.

El 4 de septiembre partió de La Esmeralda en helicóptero la Ministra Nicia Maldonado a la comunidad de Momoi para entregar alimentos, ropa y diferentes herramientas.

El día 5 de septiembre salió desde La Esmeralda un helicótero con destino al helipunto realizado en la comunidad de Irotatheri para evacuar al personal de la comisión que había partido por tierra el 1 de septiembre.

Más tarde salió de nuevo llevando a la Ministra Nicia Maldonado, al Tcnel. Romero Bolívar y a los miembros de la comisión, con destino a las comunidades Yanomami de OSHISHI, HOKOMAWE, TOCOTERI e IROTATHERI, en las que pudieron verificar la inexistencia de indicios de indígenas muertos y shabonos destruidos. Después volvieron a La Esmeralda.

Datos de participante de la comisión (conversación y reportaje en los periódicos “Tal Cual” (27-9-12) y El Nacional (28-9-12).

El mismo sábado 1 de septiembre un grupo salió para Hokomawë en el que iban varios militares y con ellos Luis Shatiwë. El domingo viajó a ese lugar parte de la comisión (patólogo, ayudante y técnico del CICPC, el enviado del Ministerio Público con dos técnicos criminalistas) con la intención de llegar al lugar de los hechos (con el “Visto Bueno” de la Fiscal General). Caminando por la selva llegamos a las comunidades de Tocoroshitkeri y al tercer día llegamos a Oroshiteri donde pasamos la noche. En la mañana se llevaron en helicóptero a Shatiwë y a algunos efectivos militares. Al mediodía.nos fueron a buscar allí en helicóptero y nos llevaron a Warapahi Tiwaroopetheri (Yavarashiteri), donde había dos personas de otras comunidades que decían haber estado en Irotatheri. Nos quedamos allá y salieron a sobrevolar la zona con uno de ellos. Desconocemos si la Ministra participó en ese vuelo. En la comisión surgieron varios comentarios de cómo se estaban llevando las cosas, del desconocimiento de lo que estaba pasando y del poco sentido que había tenido el que ese grupo de técnicos viajara por la selva para ver si se encontraba un determinado lugar cuando se podía haber llegado en helicóptero.

A las 3 de la tarde volvió el helicóptero y venía en él la Ministra, el  Tcnel. Romero  y  Shatiwë (bien bañado y cambiado de ropa). Habían estado en La Esmeralda. La Ministra dice que habían encontrado Irotatheri. Salieron en el helicóptero y al poco tiempo llegaron a esa comunidad. Allí permitieron bajar solamente a un pequeño grupo: la Ministra, el Tcnel. Romero, Shatiwë y dos técnicos de la comisión. Los demás se quedaron en el helicóptero, a unos 500 metros del shabono. Había sólo cinco personas en la comunidad. El diálogo con los que estaban se redujo a preguntas sobre quién era el que salió a hablar con ellos (el jefe), cómo se llamaba la comunidad (Irotatheri) y si había pasado algo especial (nada). Después de que sacaron algunas fotografías volaron todos a La Esmeralda. (Nos extrañó mucho a los que tuvimos que quedarnos en el helicóptero –la mayor parte de la comisión- ver unas pacas de arroz, harina pan, sardinas, telas, hachas, machetes... que estaban en el helipunto). La estadía duró entre 10 y 15 minutos. Después volamos a La Esmeralda.

Jueves 6 de septiembre de 2012

La relación de Horonami dice solamente:

“El helicóptero fue a Warapahi Tiwaroopetheri a buscar el resto de la comisión que había pasado la noche ahí, incluyendo a Eliseo Silva”.

El testimonio de miembros de la comisión:

Al día siguiente (jueves 6) volvimos a Puerto Ayacucho, concluyendo así nuestra parte en la investigación.

En informaciones de la FANB no se menciona el día 6, pero sí el 7 y el 8:

Para el día 7 se anunció en Puerto Ayacucho que habría una rueda de prensa sobre los resultados de la investigación. Se pensó que tendría lugar en La Esmeralda, pero de hecho partió un helicóptero desde allí con destino a Irotatheri en el que viajaron la Ministro Nicia Maldonado, el M/G Clíver Alcalá, el G/B José Eliécer Pinto, el G/B Jesús Zambrano y el G/B Bruno Molina. Fueron también varios reporteros audiovisuales de TELESUR y de VTV que recopilaron imágenes sobre el estado actual de la comunidad yanomami, y las difundieron por los medios de comunicación. 

Al día siguiente volvió el helicóptero a dicha comunidad para acabar de llevar el personal a La Esmeralda, de donde partieron para Puerto Ayacucho.

5. Muchas declaraciones pero ningún informe oficial.

En los meses de agosto y septiembre, desde que se hizo la denuncia, fueron numerosos los comentarios y hubo reacciones inmediatas provenientes de diversas personas e instituciones que pretendieron desacreditarla y quitarle toda credibilidad en base a explicaciones que saben a prejuicios: “Todo es falso”; “Los yanomami son mentirosos”; “Han hecho otras denuncias y no son verdad”; “Se ha sobrevolado la zona y no se ha encontrado nada”…. Son todas expresiones que pueden ser desmontadas con facilidad. Lo que hay que tener en cuenta es que se trata de una denuncia en la que se precisa, aun dentro de las peculiaridades de comunicación de la cultura yanomami y del difícil acceso a los datos, el lugar, la fecha, el número indeterminado de muertos; la cantidad de personas del shabono… Estos elementos permiten presumir una objetividad básica de cuanto se denunciaba, al mismo tiempo que evidencian la importancia de investigar para tener un conocimiento cierto de los hechos. Es lo que se solicitaba.

Las primeras declaraciones fueron dadas en los primeros días de la investigación (1-2 de septiembre) cuando en opinión de todos aún no habían llegado al lugar de la supuesta masacre, Irotatheri, ya que  estuvieron en Momoi y Ushishiwë. Los conocedores del lugar dicen que se necesita entre tres o cuatro días, a paso de yanomami caminando por esa selva montañosa, para llegar desde allí al shabono indicado, y el sobrevolar en helicóptero esas inmensas selvas no permite en absoluto detectar lo que esconden la tupida vegetación. Es aventurado sacar conclusiones tan tajantes como las que aparecieron en esos días en medios televisivos y radiales, en Internet, en las redes sociales, en los periódicos. Basten algunos titulares: “Gobierno desmiente matanza de indígenas Yanomami”. “La Ministra para los Pueblos Indígenas aseguró que una comisión de investigación visitó a las comunidades Yanomami y no encontró evidencia de ninguna muerte ni de chozas incendiadas”.

El Comandante de la Región de Guayana, General Clíver Alcalá, afirmó este sábado (1 de septiembre) que la información de la supuesta matanza de indígenas yanomamis en la frontera con Brasil es falsa: “Hemos evaluado todo lo referente a la noticia de los yanomami y las comunidades aledañas, hemos determinado que la información es falsa”. “Lamentablemente para aquellos que quieren generar zozobra en el país no lo han logrado, porque aquí está la Fuerza Armada Nacional (FAN) para el servicio de la nación”, aseveró.

“El ministro para las Relaciones Interiores y Justicia, Tareck El Aissami, reportó este domingo (2 de septiembre) normalidad en las comunidades de la etnia yanomami… que fueron visitadas… A través de su cuenta en la red social Twitter detalló: “Amazonas: Comisiones del CICPC, Ministerio Público y FANB, visitaron todas las Comunidades Yanomamis. Gracias a Dios todo está bien”.

“Es repudiable la manera miserable como algunas personas y medios de comunicación difundieron la falsa noticia sobre las Comunidades” concluye la nota de prensa.

A pesar de esta toma de posición, la comisión designada para investigar los hechos juzgó que su misión no había concluido sino que debía continuar. Mientras las máximas autoridades declaraban que todo estaba claro, que no se había producido la supuesta masacre denunciada, la comisión emprendía la dura marcha por la selva, ya que lo que habían visto hasta el momento no les pareció suficiente.

En espera de un informe oficial las declaraciones continuaron los días siguientes. La Fiscal General afirma el día 4: “No se ha encontrado evidencia sobre muerte de Yanomamis”, al mismo tiempo que asevera que los fiscales designados por el Ministerio Público mantienen las investigaciones. Días más tarde también ella afirma que han llegado al lugar que se buscaba y que no había signos de muerte y destrucción.

La titular de la Defensoría del Pueblo señalaba el día 11 de septiembre que “vamos a elaborar un informe defensorial” en el que se indicará el trayecto que siguió la comisión, la lista de las comunidades indígenas que visitaron y los planes que implementan las autoridades venezolanas para brindar apoyo y protección a la etnias…

Por su parte el Gobernador de Amazonas, Liborio Guarulla, expresó en diferentes medios la necesidad de investigar los hechos e hizo hincapié en la grave explotación minera no sólo en esa zona sino también en varios lugares del estado, teniendo en cuenta que en todo Amazonas la minería es ilegal. En su opinión “la frontera no está custodiada”, no es suficiente la acción de la FAN en este campo.  

El lunes 10 de septiembre la Ministra de Pueblos Indígenas convocó en Puerto Ayacucho a una marcha y concentración “Contra la Mentira”. Se pretendía imponer la matriz de opinión de que todo había sido mentira, con el argumento de que no se había encontrado nada excepcional aunque “se llegó al sitio de los hechos denunciados”. Fueron frecuentes las alusiones a que detrás de todo había intereses políticos nada más. Tal iniciativa fue deplorada por la población, en general, y generó un amplio rechazo a la acusación de “falsedad” y “mentira” contra los dirigentes indígenas que habían presentado la denuncia y solicitado una investigación. Los argumentos aducidos, más que ser convincentes, dejan entrever manejos poco claros.

Ha habido también diferentes proyecciones televisivas muy superficiales y de escasa credibilidad por la poca precisión en la identificación de personas y lugares. Alguna de ellas permite presumir la presencia de presiones, cuyos efectos han recibido amplia publicidad, para lograr que algún miembro de la organización yanomami afirmara que todo era mentira. La respuesta de los demás miembros del equipo coordinador de Horonami, presentada el 27 de septiembre, expone claramente su posición y rechazo.

6. La repercusión de estos hechos en Brasil.

En Brasil, la región de Roraima, fronteria con esta zona de Venezuela, es habitada por pueblos indígenas de diversas etnias, en particular yanomami y sánemas, y también es centro de una amplia actividad minera; en los últimos meses, sobre todo, las autoridades brasileñas han realizado una presión muy fuerte para eliminarla. La noticia de la masacre tuvo gran repercusión. Diferentes Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y periódicos del país se hicieron eco y solicitaron que se hiciera una investigación. La Fundaçâo Nacional do Índio (FUNAI) ha señalado que pretende hacer una expedición para investigar. Iván Catalano, coordinador regional de FUNAI en Boa Vista (RR), tuvo contacto con indígenas de la zona sin entrar en territorio venezolano. Afirma que la tierra indígena yanomami en Venezuela está invadida por cerca de 7.000 garimpeiros, la mayoría brasileños.

Los relatos de los supervivientes a Marcos Wesley de Oliveira, coordinador del Programa Río Negro del Instituto Socio Ambiental (ISA), le llevan a decir que Brasil y Venezuela deberían sumar fuerzas para investigar. (cf Folha do Sao Paulo el 4-9-12))

Un superviviente de la supuesta masacre llegó a la comunidad de Orkiola (Brasil) en la región de Auaris. Llegó herido y fue atendido. Miembros de una organización de Derechos Humanos quisieron hablar con él, pero ya se había ido a otra comunidad yanomami cercana (en Venezuela) donde vivía una hermana suya. Hablan también de otros yanomami que habrían llegado. (Noticia del Instituto Socio Ambiental – ISA)) (cf. “O Globo” Sao Paulo el 30-8)

Diferentes correos electrónicos han aportado noticias. Parece ser que desde Brasil se intentó una expedición desde Auaris hacia el 6-7 de septiembre, pero que no se completó. Ellos siguieron la investigación intentando establecer la “cadena” de informantes yanomami pero encontraron límites y contradicciones. Sin duda es una de las cosas que hay que hacer, tanto allá como en Venezuela.  Conviene señalar que en la “cadena” realizada en la zona brasileña habitada por yanomami se encuentran poblaciones con el mismo nombre en las dos naciones (p. ej. Hokomawe) y que a menudo no es fácil precisar los nombres porque las comunidades se dividen con bastante facilidad y hay nombres que de alguna manera se conservan.

Tras una conversación telefónica con el Obispo de Boavista (RORAIMA) se recibió un correo electrónico en el que se afirma, a partir de los datos que ellos tienen, que sí se produjo la masacre, que la cantidad de 80 muertos parecía excesiva, pero sí eran al menos 30 los asesinados. 

7. Interrogantes que quedan 

Este conjunto de sucesos y datos nos lleva a reafirmar que la investigación no ha cumplido cabalmente con el objetivo que se pretendía. Son muchos los cabos sueltos que ponen a pensar. Enumeramos algunos de ellos:

No ha habido claridad en la conformación y alcance de la comisión. Hubo un grupo bien determinado de funcionarios que estuvieron juntos todos esos días y algunos militares que los acompañaban. Al mismo tiempo hubo autoridades, la Ministro de Pueblos Indígenas y el General Clíver Alcalá y algunos generales, que estuvieron presentes en momentos puntuales de la investigación y dieron declaraciones que, en cierto modo, involucraban a todos. Se hicieron afirmaciones que equivalían a dar por concluido el operativo, justamente cuando la comisión iniciaba su investigación.

Los integrantes de la comisión caminaron cuatro días por la selva y encontraron evidencias muy significativas con relación a la explotación minera. Al cuarto día les fueron a buscar en helicóptero a Oroshi adonde habían llegado por tierra. Lógicamente surgieron malestares y preguntas sobre su marcha por la selva, porque habrían podido evitarla y llegar en helicóptero a esa comunidad supuestamente más cercana al lugar que buscaban.

Las narraciones de lo que sucedió el día 5, que es el día clave, no coinciden en absoluto porque hubo varios viajes en helicóptero y no se precisa los que iban en cada uno de ellos ni es fácil armonizar las afirmaciones sobre los recorridos, con lo que se genera confusión y se hace difícil poder conocer lo que realmente pasó. Se podría reconstruir, con límites, algunos aspectos:

En una relación se dice que partieron de Oroshi en el helicóptero el Tcnel. Romero Bolívar, Luis Shatiwë, un joven yanomami que decía conocer el lugar, y algunos militares. No se dice si fue toda la comisión, aunque parece que no. En ese viaje se perdieron, pero pudieron ver muchas más evidencias de explotación minera y, de regreso, avistaron una comunidad en la que pudieron aterrizar y que, de acuerdo al jefe de la comunidad, se llamaba Irotatheri, el nombre del lugar que buscaban, y que allí no había pasado nada. Tras este breve diálogo, en una estadía de unos 20 minutos, voló el helicóptero a La Esmeralda porque se le acababa la gasolina.

Después llevaron a los integrantes de la comisión a una comunidad en la que permanecieron unas horas. El nombre de ese shabono cambia en las narraciones: Yavarasitheri en una, y en otra Warapahi Tiwaroopetheri. Queda el interrogante sobre la presencia del Tcnel. Romero Bolívar y de Luis Shatiwe en ese lugar y del motivo por el cual fue llevada allí la comisión. No es fácil armonizar los testimonios y, menos todavía, encajarlos en los itinerarios por aire que se señalan.

Hay coincidencia en un nuevo viaje del helicóptero desde La Esmeralda para buscar al resto de la comisión y en el que venían el Tcnel. Romero Bolívar, Luis Shatiwë y también la Ministra Nicia Maldonado. Dijeron a los de la comisión que la Ministra había encontrado la comunidad buscada y volaron hacia allá. Al llegar dejaron bajar solamente a una parte de los integrantes de la comisión. Según el testimonio de alguno en aquel momento tuvo lugar (¿o se repitió?) el diálogo con el jefe yanomami, y sacaron algunas fotografías; estuvieron entre 10-15 minutos y volvieron a La Esmeralda con la tarea concluida.

De las narraciones se deduce que cuando llegó la comisión, ya alguien había estado allí (y lo evidenciaba los alimentos y herramientas que estaban en el helipunto). Por eso quedan en el aire, entre otras, algunas preguntas: ¿Estaba la Ministra de Pueblos Indígenas en el helicóptero cuando llegaron el comandante Romero Bolívar, Luis Shatiwë y acompañantes por primera vez? ¿Cuándo y en qué forma encontró la Ministra esa comunidad? ¿Cuándo se abrió el helipunto de Irotatheri? ¿El diálogo con el jefe yanomami tuvo lugar una o dos veces? ¿Basta con que el jefe de esa comunidad, en la cual según las dos narraciones sólo había cinco personas, dijera que se llamaba Irotatheri para asegurar que se había llegado al lugar de los hechos y que lo de la masacre era falso? (tanto más que estaba presente un yanomami que aseguró conocer tal comunidad y que no era ésa). ¿Cómo compaginar estas narraciones con los vuelos reportados por la GN?

Concluyo esta enumeración, tal vez un poco repetitiva, con unas reflexiones:

Son evidentes las dificultades objetivas para llevar a cabo esta misión, así como también hay que aplaudir la voluntad demostrada por los que optaron por hacerlo (no es cualquier cosa internarse a pie en la selva para buscar algo con indicaciones no demasiado precisas). Ante la ausencia de un informe oficial, estamos conscientes de que lo recopilado tiene límites y no permite sacar conclusiones; si acaso con ellos se puede formular algunas hipótesis. Pero no podemos aceptar que se concluya la investigación declarando haber demostrado la inexistencia y falsedad de lo que denunció porque los soportes aducidos son realmente confusos e insuficientes. La investigación debe continuar.

Lo que sí ha quedado claro es que los de la comisión encontraron, independientemente de su llegada o no al lugar preciso de los hechos y de lo que en ese lugar hubiera sucedido, una situación de extremas carencias y dificultades de salud en las comunidades indígenas visitadas y una actividad minera realmente grave. El testimonio de estas personas y la documentación fotográfica que trajeron dan fe de ello. Es necesario encender las “luces rojas” de peligro por la depredación de la naturaleza, por la posible violación de la soberanía nacional, y, sobre todo, por los derecho humanos de estos hermanos que allí viven desde siempre y que se ven expuestos a un permanente peligro de violencia e intimidación.